La hermosa posada sobre un acantilado en el mar de Caribe hospeda a una decena de personas, tan sólo un tercio de su capacidad. Tanta tranquilidad queda a tres horas de Caracas en Caruao, esto ilustra a la perfección la situación turística de Venezuela, desde el potencial país hasta la crisis económica que vive, esto ha logrado que el dueño del negocio ni siquiera pueda ofrecer cerveza a sus clientes.
Venezuela está acostumbrada a conseguir sus riquezas, en el subsuelo, con el petróleo. La bella isla de Margarita, el archipiélago de los Roques, el Amazonas, el delta del Orinoco y el Parque Nacional de Canaima son destinos hermosos para hacer al país sudamericano una potencia en el turismo.
Pero lamentablemente no lo es, aunque el gobierno de Venezuela busca nuevas fuentes de divisas. En realidad nunca lo ha sido, a pesar de su inmenso potencial, en el año 70 se intentó promocionar al país como el secreto guardado del Caribe.
La economía del país siempre ha dependido de la venta del petróleo
Aunque muchos cruceros con personas de otros países llegan a Margarita, con la crisis los barcos cargados de extranjeros han dejado de visitar la isla, esto ha logrado que la industria en conjunto decline. Según un informe de Competitividad Turística del año 2015, deja a Venezuela en el puesto número 110, por debajo de Nicaragua, Kuwait, Albania y El Salvador.
“Venezuela no es un país turístico porque les resultaba mucho más sencillo producir y vender petróleo”. Dijo el empresario turístico, Juan Carlos Guinand. “Eso genera más dinero que poner a funcionar una maquinaria turística: educación en la población, vías turísticas, aerolíneas, seguridad, infraestructura, son más gastos” explicó el empresario. La economía del país siempre ha dependido de la venta del crudo. “Cómo se ganaban dólares al taladrar el suelo, no hubo intentos de buscar billetes en otras partes”.