James Cameron no parece dispuesto a tirar la toalla. Sigue viendo las tres dimensiones como el futuro del cine y por eso confía en poder estrenar “Avatar 2” con esa tecnología pero sin el uso de las molestas gafas, uno de los factores por los que no ha terminado de convertirse en tendencia.
“Aún soy muy optimista con el 3D, pero necesitamos proyecciones más brillantes y al final creo que puede pasar, pero sin gafas. Llegaremos a ese punto”, indicó el director canadiense al portal Indiewire.
Tiempo tiene. La enorme demora en sacar adelante la primera secuela de las cuatro que tiene previstas ha empujado el estreno hasta 2018. Cameron se ha escudado en el hecho de que quiere que su nuevo universo sea perfecto y estar seguro de que tenga sentido para desarrollar cinco películas, a razón de estreno por año.
“Hasta ahora, el arte que he visto es pura imaginación y realmente va mucho más allá que la primera película”, indicó. “Va a ser una saga épica”. El problema es que para entonces ya habrán pasado 9 años desde el estreno de la original y puede que la expectación ya no sea tanta.
Con Pandora, el planeta que se sacó de la manga poblado de criaturas azules, el canadiense logró batir el récord de taquilla, 2.700 millones de dólares (2.400 millones de euros) en total, aupado por las tres dimensiones. Con esa cinta alcanzaron su punto álgido. Cameron aprovechó la coyuntura para convertirse en el padrino de una tecnología que ha ido perdiendo fuelle desde entonces y que hoy apenas tiene presencia en las salas de cine estadounidenses.
El precio fue sin duda el principal factor para que no triunfara, casi un 50 por ciento más caro que una entrada regular y en un momento de proliferación de plataformas digitales que han mermado la asistencia a los cines en general.
Ahora Cameron confía en que su secuela, asociada al 3D, recupere un movimiento que su opinión debería servir para todas las películas. No parece que lo vaya a tener fácil.