Un revolucionario descubrimientos llevado a cabo por la Universidad de Puerto Rico ha demostrado que nuestro planeta no es el único que dispone de agua, y que las lunas Europa y Titán , que son satélites de Júpiter y Saturno, tienen grandes cantidades de agua líquida que cruza su superficie, tanto en forma de lagos como de mares subsuperficiales, así como en su atmósfera en forma de vapor.
Sin embargo, estas lunas no gozan de un color azul como luce la Tierra, esto es debido a que la gran mayoría de estas aguas no afloran a la superficie, dando a ambas lunas un aspecto árido de color amarillo rojizo, responsable, en primiera instancia, a que se descartase la posibilidad de agua en estos satélites.
Varios expertos coinciden en afirmar que estas lunas son en realidad “bolas de barro congeladas”, debido a la mayor distancia con el Sol, y en cambio, la Tierra, al ser más próxima, tiene menor concentración de agua y en su mayor parte se encuentra en la superficie.