Dos menores, un chico y una chica, de 14 años que cometieron un doble asesinato el pasado abril han sido sentenciados este jueves a, al menos, 20 años de prisión por un juez de Nottingham, al norte de Inglaterra. Un jurado popular los declaró culpables a mediados de octubre tras un espeluznante juicio en el que la pareja de menores amantes ofreció un retrato al estilo de Bonnie & Clyde.
La menor, cuya identidad se mantiene en el anonimato, empezó a hablar de matar a Elizabeth Edwards, una mujer de 49 años que trabajaba en el comedor de su escuela, porque le tenía “manía”. A sangre fría, la conversación sobre asesinar se convirtió en realidad en abril, cuando los menores entraron por la noche en la casa de la víctima a quien mataron a cuchilladas, al igual que a la hija de ésta, Katie, de 13 años. Ambas murieron en los dormitorios de la vivienda en la que residían en Spalding, condado de Lincolnshire, al norte de Inglaterra.
La descripción de los asesinatos puso los pelos de punta a todos los participantes en el juicio, excepto a los dos menores enjuiciados. Ambos bajo la tutela de los Servicios Sociales. El menor atestó ocho cuchilladas a Elizabeth Edwards, dos de ellas en la garganta para que no hiciese ruido y despertase a su hija que dormía en una habitación cercana. Después clavó dos veces el cuchillo a Katie y la remató sofocándola con una almohada mientras la víctima agonizaba y gemía “no puedo respirar”.
Tras el doble asesinato, los menores tomaron un baño, mantuvieron relaciones sexuales y vieron películas de vampiros en la casa de las asesinadas antes de abandonar la vivienda. Al día siguiente, los cuerpos de Elizabeth y Katie fueron descubiertos por un familiar. El juez Haddon-Cave ha dicho mientras los sentenciaba que, la pena estatutaria por asesinato para un menor es de 12 años pero, en este caso, ha considerado factores agravantes la “planificación y la brutalidad de los actos así como el doble asesinato”. “Éste, es un terrible crimencon pocos paralelismos en la historia de la criminalidad moderna; son dos brutales asesinatos que rayan la ejecución”, ha dicho el juez.
Los dos sentenciados permanecieron impasibles mientras el juez les argumentaba su sentencia y aducía que la pareja había establecido unas relaciones de dependencia “tóxica”.